domingo, 4 de mayo de 2014

El poder de los Oligopolios


XV. EL PODER DE LOS OLIGOPOLIOS

 

 

Los oligopolios ejercen su poder en la sociedad por cuatro vías:

  1. El que emana de su dinero y opulencia.
  2. Por el control al Gobierno para el desarrollo legal.
  3. Por el control a los medios de comunicación.
  4. Por el control del mercado al fijar los precios.

En resumen, son los que dirigen realmente a la sociedad y quienes deciden el nivel de vida de los ciudadanos. Más adelante veremos cómo ejercen estos poderes.

Empecemos recordando que en los mercados la competencia es imperfecta: siempre habrá empresas con más poder económico o con una mayor información y que no dudarán en utilizar estos poderes para defenderse de la competencia. Además las propias leyes nunca son inertes: normalmente están redactadas para impedir la entrada en un determinado mercado a las empresas consideradas indeseables, normalmente por suponer una amenaza para las empresas ya establecidas y sus sistemas tecnológicos: es una forma de defender los puestos de trabajo aunque también pueden tener implicaciones de protección del medio ambiente.

Si consideramos que el afán del inversor (está mal visto llamarle capitalista) es aumentar su riqueza, no ha de extrañarnos que este objetivo lleve a las empresas a dedicar una parte de sus beneficios a ampliar la producción. En términos de contabilidad se denomina a este ahorro empresarial como Provisiones y/o Reservas.

Además del interés de sus accionistas en obtener más beneficios, las empresas son presionadas por la competencia ya que para mantener o ampliar su cuota de mercado deben ofrecer menores precios que sus competidores y una forma de conseguirlo es la llamada economía de escala que significa, en esencia, obtener una mayor producción en base a hacer producir durante más horas a su inversión en maquinaria e inmuebles.

En consecuencia, las empresas con éxito aumentan su tamaño mientras que el resto son obligadas a cerrar. Esto conduce inevitablemente a que el mercado se concentre en torno a un pequeño número de empresas que  ofrecen sus productos a la venta y un gran número de compradores. También existe el oligopsonio que corresponde a la situación en que hay muchos vendedores y muy pocos compradores. Por ponerle unas cifras a la idea, que solo suponen una aproximación al tema, diríamos que existe oligopolio cuando menos de diez compradores o vendedores acaparan el 70% del mercado.

El llamado “Consenso de Washington”, diseñado en principio para los países de América Latina y posteriormente aplicado en todos aquellos con dificultades económicas, defendía la disciplina presupuestaria, el cambio de prioridades en el gasto público, la reforma fiscal, la liberalización comercial y la implantación de una política de privatizaciones para reducir la Deuda Pública. La privatización de empresas públicas (como Campsa, Telefónica, Iberia y tantas otras) no sirvió para crear mercados eficientes y competitivos sino grandes oligopolios privados.

Para tener una idea general del conjunto podemos decir que las 35 empresas que integran el llamado Ibex-35 tienen unos beneficios equivalentes al 1,75% del P.I.B. español. Si le sumamos sus gastos en personal y su consumo de otros productos españoles no es difícil entender que su peso en la economía es enorme, máxime si las comparamos con el total de empresas existentes en España que, según la Subdirección General de Apoyo a la PYME del Ministerio de Industria, se situaba a 1 de Enero de 2012 en 3.195.210 empresas, de las cuales tienen más de 250 asalariados un total de 3.794.

Resulta obvio, pues, que la propia estructura del sistema capitalista fomenta la concentración de poder empresarial en unas pocas empresas que procuran impedir la libre competencia mediante el recurso de

  1. Reducir sus costos aplicando la producción en escala.
  2. Comprar a sus competidores mediante la fusión o absorción de los mismos.
  3. Controlar financieramente a sus competidores.
  4. Establecer acuerdos de vinculación.
  5. Forzar la aprobación de leyes que dificulten el acceso al mercado de su sector empresarial.

Veamos cómo lo consiguen:

EL PODER DEL DINERO

La ambición humana es insaciable por lo que la mayor parte de los seres humanos son buenos candidatos a dejarse corromper, y los políticos y sindicalistas no son una excepción. Tanto da que pertenezcan al Poder Ejecutivo como al Legislativo o al Judicial, una buena colocación en una empresa privada al final de su mandato con una retribución anual muy superior a la que cobraba ejerciendo sus funciones de poder es un importante aliciente para tomar decisiones en beneficio de esa supuesta empresa o de un determinado sector empresarial.

Los intereses ciudadanos pasan así a un segundo lugar, siendo prioritaria la seguridad económica personal del político de turno y de su familia.

También se pueden pagar campañas de publicidad a favor o en contra de determinada línea política en función del interés de las empresas que las financian.

EL PODER SOBRE EL GOBIERNO

Al representar una parte sustancial de la riqueza del país y dar trabajo a un número muy considerable de trabajadores, ningún gobierno puede permitirse el lujo de ignorar todas las “sugerencias” que le hagan llegar las principales empresas del país.” Lo que es bueno para la General Motors es bueno para los Estados Unidos, y viceversa“, llegó a decir Charles E. Wilson, Secretario de Defensa de Estados Unidos en 1953.

Cualquier gobernante sensato haría bien en consultar con los oligopolios de cada sector antes de legislar sobre dicho sector empresarial si no quiere encontrarse con dificultades en su política económica, merecidas o no.

Otra forma de ejercer poder sobre los gobiernos es la financiación de grupos de presión constituidos habitualmente en forma de institutos de investigación (sociológica, de mercado, etc.). Sus conclusiones son aireadas por los medios de comunicación afines y sirven para crear un clima de opinión que, se supone, presiona al gobierno para adoptar determinadas opciones favorables a las empresas que han financiado todo el proceso.

EL CONTROL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Los oligopolios controlan los medios de comunicación por dos vías: comprándolos total o parcialmente y por medio de la publicidad contratada.

Si consiguen controlar el Consejo de Administración, para lo cual necesitarían en teoría un 50% del capital, pueden decidir sin ningún tipo de discusión la política informativa de dicho medio. De hecho no necesitan el 50% del capital ya que, según el Informe Anual de Gobierno Corporativo de las compañías del IBEX-35 elaborado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y correspondiente al Ejercicio 2012, el porcentaje de acciones propiedad de los miembros de los Consejos de Administración de dichas compañías era del 11%. Quiere esto decir que teniendo un 11% del capital de una empresa se puede controlar absolutamente la misma.

Los medios de comunicación, por su propia dinámica, obtienen sus ingresos de la publicidad. Es decir, no venden información, entretenimiento o cultura  sino que venden espacios publicitarios y con los ingresos obtenidos financian sus gastos y obtienen sus beneficios. Si determinado oligopolio no está de acuerdo con el tipo de información que emite determinado medio puede adoptar, y frecuentemente adopta, la medida de retirarle la publicidad. En la medida de la importancia que como cliente tenga para ese medio estará su poder para que el medio cambien o no su política informativa. Si la medida la toma todo un sector es prácticamente seguro que la política informativa será cambiada y su gestor principal encontrará dificultades para seguir en su puesto.

EL CONTROL DE LOS PRECIOS

Concentrar la oferta en manos de unos pocos conlleva que serán éstos quienes establezcan los precios tanto para los compradores como para sus proveedores, siempre que éstos no sean a su vez otro oligopolio.

El sistema seguido para la fijación de precios fue magistralmente presentado por John Forbes Nash en su “Teoría de los Juegos”, por la que recibió el premio Nobel de Economía en 1994. Para entender el proceso sin entrar en detalles complejos baste decir que en todo oligopolio hay un operador dominante que es quien fija los precios en función de determinados parámetros que incluyen el interés del consumidor por cada producto, el número de competidores y precios que oferta cada uno, las facilidades de los compradores para sustituir ese producto por otro, la evolución de su consumo y muchos parámetros más. En el caso de que apareciese un nuevo competidor con una política de precios agresiva, el dominante puede decidir bajar sus precios hasta el límite que, con la actual legislación, sería su propio precio de compra para, de esta forma, desanimar al osado competidor. El resto de miembros del oligopolio seguirán inmediatamente su política de precios para asegurar su propia cuota de mercado.

El consumidor final verá que el precio que tiene que pagar por su compra es superior al que resultaría en el caso de existir una competencia verdadera (una competencia perfecta, se le llama).

OTROS CONTROLES

Además de lo señalado podemos observar un control sobre los propios capitalistas o inversores ya que los Consejos de Administración de las grandes empresas están desempeñados por personas que no son los propietarios de sus acciones aunque las controlan mediante la delegación de voto. Y en uso de su poder son ellos mismos y no los propietarios de la empresa quienes fijan su propia remuneración.

Ya hemos visto que el dinero es generador de poder por lo que los que ocupan estos puestos de poder burocrático gozan de un poder social que no se corresponde con su participación en el capital de la empresa, o grupo de empresas, que controlan.

¿EXISTEN, DE VERDAD, LOS OLIGOPOLIOS?

Lo primero que se nos vendrá a la mente es Coca-Cola y Pepsi-Cola. Realmente controlan el 70% del mercado mundial de bebidas refrescantes. Pero en nuestro país podemos mencionar más:

BANCA

Según informaciones del Banco Santander del año 2013, entre éste, el BBVA y CAIXABANK, tendrían un 70% de cuota de mercado. Según RR deAcuña & Asociados, estos tres más Bankia tendrían en la actualidad un 60% de cuota.

SEGUROS DE AUTOMÓVILES

Mapfre Automóviles, Axa, Allianz, Mutua Madrileña, Línea Directa  y Zurich tenían en el año 2009 un 62% de cuota de mercado entre las seis.

ELECTRICIDAD

Endesa, Iberdrola y Fenosa acapara en 72% de la cuota de mercado

GASOLINA

Repsol y Cepsa copan el 80% de cuota de mercado

DISTRIBUCION ALIMENTARIA

Mercadona, Carrefour, Eroski, Alcampo y Dia tienen el 64% de cuota de mercado.

 

COMUNICACIONES

 Movistar, Vodafone y Orange llegan al 82% de cuota de mercado.

DISTRIBUCIÓN FARMACEUTICA MAYORISTA

Grupo Cofares, Grupo Farmanova, Grupo Edifa y Grupo Alliance-Helthcare suman el 61% de la cuota de mercado.

TRANSPORTE AEREO EN RUTAS NACIONALES

Iberia + Vueling + Ryanair + Air Europa + Spanair suman un 76% de cuota de mercado.

 

Y podríamos añadir más sectores empresariales, pero solo conseguiríamos decir más de lo mismo: la economía española, como la de la mayoría de países, está en manos de los oligopolios que son los que ostentan el poder real en cualquier país.

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