lunes, 22 de septiembre de 2014

El espíritu humano

Espíritus y Religión

ESPÍRITUS Y RELIGIÓN
El Espíritu humano



En 1992 Hans Küng, eminente teólogo, escribió una obra titulada Credo que es un sincero intento de aproximar las creencias de las distintas religiones a la luz del conocimiento científico de aquella fecha. Si después de veinte años algún autor se atreviera a actualizar dicha obra tendría que afrontar, necesariamente, los enormes avances científicos acaecidos desde entonces y, siguiendo la misma línea argumental de Küng, centrar el debate entre las distintas religiones y entre éstas y el ateísmo en base a cuatro variables que veremos más adelante.

Aunque aún no somos capaces de aclarar de un modo científico si existen los espíritus o son producto de la imaginación humana lo cierto es que en los últimos veinticinco años se ha producido un gran avance en esa dirección. En primer lugar se ha descubierto la llamada energía oscura que algunos relacionan con la quinta dimensión y el lugar donde viven los espíritus y en segundo lugar se ha descubierto la puerta mediante la cual conectamos con ese mundo espiritual, con independencia de que éste sea real o imaginario. Esta puerta es la glándula pineal y el sistema seguido es mediante las ondas cerebrales que están relacionadas con la producción en dicha glándula de un potente alucinógeno llamado DMT que ya era conocido y utilizado por los chamanes de Perú mediante la ingestión de una bebida producto de la decocción de diversos vegetales llamada Ayahuasca. Esta bebida, rica en DMT, es la que les permitía, y aún les permite, establecer el contacto con los espíritus y recibir de éstos las instrucciones precisas para curar una enfermedad o predecir el futuro, entre otras cosas. El sistema que lo permite se encuentra explicado en el proyecto infrasonidos y ultrasonidos de los ingenieros Luis Miguel Vega Fidalgo y David Zorita Téllez avalado por la Universidad de Valladolid. Nuestro cerebro es capaz no solo de producir estas ondas cerebrales sino que también las percibe y procesa cuando se transmiten a través de los infrasonidos. Para ello utiliza los cristales de apatita que transforman las ondas magnéticas en estímulo neuroquímico mediante un efecto piezoeléctrico, y la conexión de las ondas sónicas con los fantasmas o espíritus está muy bien explicada en esta página. Las ondas electromagnéticas de muy baja frecuencia como las procesadas por nuestro cerebro están emitidas por el medio ambiente de forma natural y son conocidas como fuerzas telúricas y líneas Hartmann y según la Organización Mundial de la Salud "Algunos estudios epidemiológicos sugieren que existen pequeños incrementos del riesgo de leucemia infantil asociados a la exposición a campos magnéticos de baja frecuencia en el hogar" lo que no deja de ser un reconocimiento de que el cuerpo humano reacciona de alguna forma a dichos campos magnéticos. Un trabajo amplio sobre los efectos de las ondas electromagnéticas lo tenemos en Ondas electromagnéticas y salud de distintos autores y editada por Pedro E. Gil-Loyzaga y Alejandro übeda Maeso. Pero no solo tienen influencia sobre la salud humana; también influyen de forma significativa en la propia conducta humana como explica la obra “Efectos de los infrasonidos en la conducta humana”, escrito por Nicolás Felipe Llancafil Vicencio y avalado por la Universidad Austral de Chile analiza en detalle estos procesos. Al ser las ondas cerebrales un tipo de señales radioeléctricas de muy baja frecuencia pueden alcanzar grandes distancias y ser transformadas en ultrasonidos. Esta facultad de ser transmitidos a grandes distancias y ser percibidos por el cerebro y no por los sentidos humanos hace que se estime posible la existencia de la telepatía e, incluso, podrían explicar la reencarnación si suponemos que en el trance de su muerte el ser humano emite ondas de baja frecuencia que pueden ser captadas por los cuerpos de aquellos que se encuentren a varios kilómetros a la redonda y que serían absorbidas por el cerebro de los fetos en desarrollo (con 49 días de desarrollo según algunos) y que servirían para modelar dicho cerebro. Al ser emitidos como ondas podrían ser captadas por más de un cuerpo y en caso de no encontrar ningún cerebro vírgen donde grabarse se extinguirían sin dejar rastro visible. Como era de esperar, estos descubrimientos ya han sido utilizados por la industria militar.

Conceptos actualizados para un debate de tipo religioso

Primero: ¿Existen unos seres espirituales que habitan en otra dimensión y establecen contacto con algunos humanos para transmitirles sus conocimientos y darles instrucciones para mejorar su código moral?
Segundo: ¿Se trata de unas fantasías elaboradas por nuestro cerebro que bajo el efecto de los alucinógenos ingeridos o producidos por el organismo se imagina ver y oir a fantasmas?
Tercero: ¿Estamos captando por vía telepática los pensamientos de otras personas y los atribuimos a los espíritus?
Cuarto: ¿Será que estamos captando e interpretando la energía del Universo?.

Aunque actualmente pocas personas defienden la existencia de un Dios al que se le pueda poner un rostro y se presente físicamente a los mortales, es seguro que si hiciéramos una encuesta a nivel mundial encontraríamos que la primera opción sería abrumadoramente mayoritaria, cosa que no se corresponde con la adscrpción o no a una determinada religión.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Las antiguas religiones

Espíritus y Religión

ESPÍRITUS Y RELIGIÓN
Las antiguas religiones



Tendemos a considerar la Revolución Neolítica como algo que sucedió en un breve plazo de tiempo a semejanza de otras Revoluciones como la Industrial y así fue en términos históricos pero en realidad tardó algo así como mil años en producirse e incluso algunos pueblos del planeta no la han experimentado aún hoy como los mashco piro. En el Neolítico se descubre la agricultura y la ganadería pero también otras actividades igualmente significativas como la alfarería y la metalurgia.

Aunque sea habitual asimilar la división del trabajo y la propiedad privada al Neolítico no parece que tal cosa sea cierta dado que en la primitiva sociedad de cazadores-recolectores ya había una división del trabajo: los hombres iban de caza y las mujeres cuidaban de los niños y aunque los recursos eran comunitarios, las armas y el vestido o los adornos eran claramente de propiedad privada y, por tanto, se enterraban con el cuerpo del difunto. Sin embargo si aparecen las clases sociales dado que las herramientas metálicas son de propiedad privada (el herrero debe intercambiar sus productos por otros para poder subsistir) y aquella persona o aquel pueblo que se pueden dotar de instrumentos y armas más resistentes que sus vecinos obtiene automáticamente una posición de superioridad sobre los mismos. Es consecuencia natural que utilicen esas armas para sojuzgar otros pueblos, expropiando sus recursos naturales y convirtiendo en esclavos a sus habitantes.

La situación así planteada da lugar a la ley del más fuerte, lo que no puede ser asumido por el Rey de ese pueblo pues permitiría que alguien llegara a adquirir la fuerza suficiente para ocupar su lugar y tenemos pruebas suficientes de esto en la Historia. Para poner orden en la sociedad se estableció la Ley de Talión de la que no tenemos constancia escrita. No obstante si conocemos otros códigos de conducta posteriores que están basados en la misma como, por ejemplo, el Código de Ur-Nammu, que es la Ley más antigua que conocemos (2100 A.C.) o el más conocido Código de Hammurabi. También la Biblia, y más concretamente, el Deuteronomio está basada en la Ley de Talión. Si tuviéramos que reducir su contenido a una frase podríamos asegurar que trataban de garantizar todas ellas la propiedad privada y el respeto a los demás bajo la divisa de 'no hagas a los demás lo que no quieras que ellos te hagan a ti'. De todas ellas se desprende que el Rey y sus más fervientes servidores como el General de los ejércitos, el Visir o Primer Ministro y el Sumo Sacerdote se rigen por otras leyes superiores. Y también tienen en común que atribuyen a un 'Dios' la promulgación de las mismas y su entrega en persona a su Caudillo o Rey. Es evidente que al ser la deidad la responsable final de la redacción de las leyes la adoración por parte de todos los súbditos a dicha deidad se convierta en la garantía de que las leyes sean cumplidas.

Los actos de violencia necesarios para mantener unida la sociedad bajo la autoridad real pasan así a convertirse en castigo divino que es capaz de calmar la furia de los dioses y es posible justificarlos mediante el miedo reverencial o adoración irracional del hombre en relación a las fuerzas de la naturaleza. Un estudio completo sobre de 22 páginas sobre este tema es la obra del Dr. ISRAEL DRAPKIN S. titulada Los «Códigos» pre-hamurabicos.

Debemos contemplar la situación social de acuerdo a sus verdaderos parámetros y no con los actuales. El 'Rey' era una persona que tenía el poder físico y místico suficiente para imponer su voluntad a otras personas que pasaban a ser sus súbditos solamente en virtud de dicho poder que les obligaba a cederle una parte significativa de sus productos a cambio de que les dejara vivir y seguir trabajando. El territorio en el que lograba imponer su autoridad y recaudar sus impuestos se denominaba 'Reino' y sus límites variaban a través del tiempo. Este sistema de gobierno basado en la concepción de propiedad privada para el Rey del territorio y sus habitantes se mantuvo hasta 1688 cuando la ' Revolución Gloriosa' derrocó en Gran Bretaña a Jacobo II estableciendo el moderno sistema de monarquía parlamentaria.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Los dioses

Espíritus y Religión

ESPÍRITUS Y RELIGIÓN

Los Dioses



El culto y veneración a los espíritus ha prevalecido a través de los tiempos y puede ser observado aún hoy en día en forma de rogativas llevando en andas la imagen del oportuno Santo en petición de lluvia, imprecaciones a Santa Bárbara en caso de tormenta y rogativas a San Judas Tadeo en petición de ayuda para resolver situaciones imposibles.

El espíritu humano no se conforma con encontrar soluciones a los problemas inmediatos e imagina problemas futuros. Lo racionaliza y lo intelectualiza todo. Cuando el origen de un fenómeno no está claro, inventa una explicación. Así nacen mitos y religiones. El hombre modifica su entorno físico y crea su entorno cultural: tras escapar a las reglas de la selección natural inventa sus propias reglas y crea una moral que podrá alterar pero de la cual ya no podrá salir. Las reglas socioculturales se observan en todas las sociedades, incluso en las más primitivas: son indispensables para su equilibrio, para su integración, y para la armonía del grupo. Mito, moral y religión son rasgos específicamente humanos.

Cada pueblo trataba con especial respeto a un Espíritu determinado al que convertía en su protector particular y lo convertía en un dios. Este Espíritu podía ser el de algún antepasado o el responsable de la buena cosecha, la buena caza, las tormentas o el Sol, como ejemplos. Esta deidad no pretendía ser el Dios-Creador sino una especie de intermediario como hoy se considera a los Santos y tampoco era omnipotente pues podía ser forzada a actuar de la forma que los hombres desearan (como en la oración a San Cucufato), y estaba sujeta a los mismos impulsos sexuales y de carácter que los hombres. Obviamente el problema surgía cuando una persona fuerte y con poder se consideraba la encarnación de uno de esos poderosos espíritus ya que en ese caso la adoración a la deidad debería dirigirse a su propia persona. No faltan ejemplos de casos similares en la Historia: Alejandro Magno o Calígula son dos buenos ejemplos, pero ya en los albores de la Historia, Naram Sin se proclamó dios. Absolutamente todos los pueblos sin excepción han obedecido y adorado a algún 'Dios' que, decían, se había manifestado y comunicado con sus antepasados a los que había instruido en muchas cosas y les había prometido protección si eran fieles a lo que Él les dijese o, más en concreto, si seguían las normas de vida que Él les dictaba.

La religión se apoya en mitos sobre la creación de la Tierra. El primero del que tenemos noticia histórica es Mito de Harab datado en torno al año 1900 A.C. y su origen es objeto de debate en torno a diversas corrientes de pensamiento: evolucionismo, creación (explicada en el anterior enlace sobre el Mito de Harab, y manipulación extraterrestre. Personalmente me inclino a pensar como más probable una cuarta: que fuera instituida por los Reyes para educar a su pueblo en las normas de conducta que de él se esperaba.

En el momento en que los pueblos cazadores-recolectores empiezan a conquistar las ciudades de los dedicados al pastoreo y la agricultura a fin de tener asegurada su provisión de víveres se hace preciso conseguir que las lealtades al territorio y al Rey adquieran preeminencia sobre los lazos de sangre. Para lograrlo se emiten unos Códigos de conducta de obligado cumplimiento por parte de los súbditos y que les son transmitidos por los sacerdotes vinculando la figura del Rey al principal dios protector del mismo. Que el Rey sea o no descendiente de los dioses y, en última instancia, del Dios-Creador es intrascendente ya que las cualidades atribuidas a los dioses están perfectamente encarnadas en el Rey: tiene poder de vida o muerte, tiene control absoluto sobre sus súbditos y puede ordenar que se les administren o no los cuidados médicos y de alimentación necesarios. Además su lejanía geográfica y el aislamiento en el que vive harán inviable que se le equipare a un mortal y los tabús respecto a la obligación de humillar la vista en su presencia completarán la escena.

En la mayor parte de las culturas han convivido sin mayor problema distintas religiones, adorando cada persona a aquel dios que estime oportuno hasta la entronización como Faraón de Amenofis IV (conocido como Akenatón) quien impuso en Egipto la adoración a un 'Dios' único: el Atón, representado por los rayos del sol. La adoración al Sol sería la religión más importante en el Imperio Romano hasta la imposición del cristianismo como religión del Imperio.

Actualmente hay tres religiones principales, subdivididas en numerosas sectas: el judaismo, el cristianismo y el islamismo. Existen otras escuelas sobre normas de conducta que no pueden ser consideradas una religión puesto que no tienen un 'Dios-Creador' al que adorar: el budismo, el hinduismo, el sintoismo o el confucionismo son las más significativas en número de fieles y por su influencia en las costumbres.

domingo, 31 de agosto de 2014

Los Espíritus

Espíritus y Religion

ESPÍRITUS Y RELIGIÓN

Los Espíritus


Un espíritu o ser espiritual es una Entidad no corpórea o, en definición de la Real Academia Española de la Lengua, un "Ser inmaterial y dotado de razón".

La ciencia no admite su existencia por la sencilla razón de que no puede medirlos, pesarlos o tan siquiera fotografiarlos. Pero su existencia en forma de Ángeles, Demonios, Apariciones Marianas o, sencillamente, como fantasmas está suficientemente documentada como para que las consecuencias de las mismas sean totalmente medibles aunque las apariciones hayan sido pura fantasía. Nadie se imagina al pueblo judío vagando por el desierto durante cuarenta años o a Saulo de Tarso convertirse en Apóstol de Jesucristo si no es como consecuencia de una de estas apariciones.

La descripción completa de los espíritus, tanto física como religiosamente hablando, podemos consultarla en el libro titulado "El Libro de los Espíritus". Aunque filósofos tan notables como San Agustín defienden que el hombre se compone de cuerpo y alma, no faltan doctrinas que añaden un tercer elemento: el espíritu. Según estas doctrinas el espíritu tiene tres funciones primarias: 'Conciencia', 'intuición' y 'comunión'. Que están definidas como:
"La conciencia es el órgano que discierne y distingue entre lo bueno y lo malo".
La Intuición es el órgano de sensación del espíritu humano".
La Comunión es adoración a Dios.

La conexión humana con el mundo de los espíritus se produce a través de la glándula pineal que tenemos en el centro del cerebro. Ésto es algo que ya se venía defendiendo en la antigüedad cuando se la denominaba "el tercer ojo" o "el ojo de Horus". Ahora se ha confirmado su relación con la producción de Dimetiltriptamina (o DMT) que es un potente alucinógeno que se relaciona con los espíritus. Un buen estudio del mundo chamánico lo encontramos en la obra El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis

Como quiera que nuestra relación con los Espíritus, real o imaginada, se produce a través de un órgano presente en todos los animales, es comprensible que la misma sea tan antigua como la propia existencia del ser humano y se vería materializada en la forma de rituales destinados al enterramiento de sus muertos y a la conexión con los espíritus de los animales que pretendían cazar. Como intermediario surge el chamán, persona con niveles anormalmente altos de DMT en los momentos de trance bien sea por causas naturales o por ingestión de alucinógenos. De esta forma cada tribu ofrece sacrificios a un Espíritu determinado que puede ser el de un antepasado para que interceda en su favor o aquel que hayan identificado como causante de sus desgracias y al que hay que aplacar. Su éxito en la defensa de su territorio o en la conquista de otro nuevo siempre habrá sido porque el Espíritu les orientó correctamente y les apoyó con energía.

El chamanismo y la comunicación con los Espíritus es muy anterior a la aparición de las religiones, vinculadas en sus inicios a la Diosa Tierra y a la práctica de la agricultura. Tenemos buena prueba de su práctica por los banquetes rituales y las pinturas rupestres, pero es especialmente significativo en los yacimientos de Göbekli Tepe y Nevali Çori dado que se trata de templos en piedra datados en hace 11.500 años, dos mil antes del descubrimiento de la agricultura y cuando aún la sociedad humana no era sedentaria y se componía de cazadores-recolectores.

La glándula pineal es muy sensible a las radiaciones electromagnéticas y, debidamente estimulada, permite a quienes tienen esa sensibilidad traer al mundo consciente los mensajes emitidos por los Espíritus desde su mundo espiritual. Parece que existen al menos dos tipos de Espíritus concebidos como Ángeles y Demonios, ya que los mensajes de los primeros son de carácter ético y moral mientras que los segundos no dudan en exigir sacrificios cruentos, que pueden llegar a ser humanos, en muestra de adoración.

Los Espíritus siguen en contacto con los humanos y tenemos fiel constancia de ello en las apariciones marianas de Fátima, Lourdes, El Escorial o El Palmar de Troya; los demonios que atormentaron a Buda, el espíritu que se manifestó a José Smith o la intercesión del Espíritu Santo en la elección de un nuevo Papa. Obviamente todas estas intervenciones espirituales se manifiestan en el idioma comúnmente utilizado por el que las experimenta dado que, como hemos visto, la conexión es de índole telepática y a través de la glándula pineal.



P.S. Recibo una atenta llamada de mi primo en la que me hace notar ciertas discrepancias en mi post sobre el fin de los tiempos y que paso a detallar: en primer lugar la "Biblia de Jerusalén" establece en su cronología que el Eclesiastés está datado en el año 250 A.C. y el Libro de Joel en el 350 A.C. en vez del 930 y 800 que menciono en el post. Solo añadir que mis datos los he recabado de la Wikipedia.
En segundo lugar el Libro de Isaias está escrito por dos personas distintas siendo el versículo 40:3 que yo menciono perteneciente al segundo Isaias y el resto al primero.
Finalmente la palabra Deuteronomio que, efectivamente, significa "Segunda Ley" sería mejor considerarla como "Recapitulación de la Ley".
Quede constancia.

domingo, 24 de agosto de 2014

Los Reyes

Espíritus y Religion

ESPÍRITUS Y RELIGIÓN

Los Reyes


Hace 100.000 años el homo sapiens salió de África para asentarse en el Oriente Medio. Tenemos constancia de su presencia en Europa hace 35.000 años por las pinturas rupestres y los enterramientos descubiertos. Y hace 10.000 años, coincidiendo con el final de la última glaciación, tenemos bien documentada la cultura natufiense en la que, si bien tenían herramientas para recolectar cereales y silos para almacenarlos, es dudoso que practicaran la agricultura y la cerámica. Lo ocurrido en los 90.000 años anteriores sigue constituyendo un misterio. Sin embargo en los 1.000 años siguientes se produce una explosión de conocimientos que denominamos la Revolución del Neolítico: se domesticaron los animales, se practicó la agricultura, se aprendió a trabajar la cerámica, se descubrió la fundición de los metales, la navegación, la música o la medicina, por poner unos ejemplos, y se construyeron las primeras ciudades en adobe fortificadas por muros. El origen de esta explosión de conocimientos sigue causando controversia entre los partidarios de la evolución y los partidarios de la creación del ser humano. Según éstos una fuerza externa, a la que denominan dios, diosa o extraterrestres, manipuló genéticamente a una parte de los hombres y éstos adquirieron uso de razón.

Al final del periodo natufiense ya podemos encontrar elementos que van a definir el porvenir de nuestra especie, como las herramientas que suponen un conocimiento del trabajo de la madera, pero también el tejido y el arco y las flechas. También aparecen depósitos en el suelo para almacenar los cereales salvajes recolectados. Todos estos elementos se tornan deseables para aquellos que se dedicaban al pastoreo y eran nómadas que en épocas de hambruna se veían obligados a tratar de arrebatárselos por la fuerza. En este periodo aparece el concepto de “propiedad privada” pues, aunque la tierra, el ganado y las viviendas fueran de propiedad comunal, las herramientas producidas por cada uno ya eran de propiedad privada; y las normas de convivencia son mantenidas por los más ancianos de la tribu que son los descendientes directos del fundador del clan (véase F. Engels: El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado).

Para la custodia del ganado, las labores agrícolas, el tejido o la extracción de minerales era muy productivo utilizar la fuerza laboral de los esclavos ya que descontando su alimentación y vestido del total de lo que producían aún quedaba un excedente significativo para los propietarios de los mismos. ”Los bienes de los vecinos excitaban la codicia de los pueblos, para quienes la adquisición de riquezas era ya uno de los primeros fines de la vida. Eran bárbaros: el saqueo les parecía más fácil y hasta más honroso que el trabajo productivo. La guerra, hecha anteriormente sólo para vengar la agresión o con el fin de extender un territorio que había llegado a ser insuficiente, se libraba ahora sin más propósito que el saqueo y se convirtió en una industria permanente. Por algo se alzaban amenazadoras las murallas alrededor de las nuevas ciudades fortificadas: sus fosos eran la tumba de la gens y sus torres alcanzaban ya la civilización. En el interior ocurrió lo mismo. Las guerras de rapiña aumentaban el poder del jefe militar superior, como el de los jefes inferiores; la elección habitual de sus sucesores en las mismas familias, sobre todo desde que se hubo introducido el derecho paterno, paso poco a poco a ser sucesión hereditaria, tolerada al principio, reclamada después y usurpada por último; con ello se echaron los cimientos de la monarquía y de la nobleza hereditaria.”, en opinión de Engels.

En este orden de cosas ocurre una cosa singular: empieza a ser rentable someter por la fuerza a las diversas ciudades y obligar a sus ciudadanos a trabajar como esclavos para el conquistador. Un ejemplo lo tenemos en la explotación de las minas de oro asturianas en la época romana cuyo trabajo más duro sería realizado por esclavos y el siguiente nivel de esfuerzo sería realizado por grupos de indígenas semi-libres mientras que los ciudadanos romanos se encargarían de las labores de dirección, protección de la mina y traslado del mineral. La persona que lo consigue se titula como “Rey” y ejerce su poder por medio de tres ministros: el visir, el sumo sacerdote y el general de los ejércitos. Hubo en la historia una persona que ocupó sucesivamente los tres cargos: Herihor. Puede parecer algo de menor importancia pero cuando se estiman las riquezas que llegaban a acumular estos reyes a lo largo de su vida a base de someter y expoliar a los pueblos vecinos o, sencillamente, recibiendo sus tributos para evitar la conquista física, llegamos a cifras que en la actualidad resultan imposibles de creer: el valor del ajuar funerario encontrado en la tumba de Tutankamón es imposible de evaluar y en un reciente programa de televisión calculaban cuanto se habría gastado el Faraón Keops en construir su tumba y llegaban a que, en precios actuales, superaba los 7.000 millones de dólares. Todo esto solo en lujos por lo que si sumamos sus palacios y los regalos a sus favoritos llegamos a unas cifras que no son alcanzables hoy en día por ningún gobernante.

Para dejar clara la diferencia con su pueblo los reyes se encerraban en ciudades con sus cortesanos que eran lo que hoy conocemos como nobles o clase dirigente. Buenos ejemplos los tenemos en Akenaton quien creó una nueva capital en el desierto en la cual vivir con su corte, la Ciudad Prohibida de Pekín, el Kremlin de Moscú, Versalles en Francia, el Palacio de Topkapi en Estambul o Kioto en Japón. Sus ejércitos estaban controlados por el General en Jefe y eran mantenidos por los habitantes de aquellos territorios en los que estaban acuartelados y por la rapiña de los territorios que conquistaban, su misión era defender el territorio y conquistar otros. La palabra del rey era la ley y el Visir era el encargado de transmitirla a los ciudadanos así como impartir los premios y castigos decretados por el soberano, para el cumplimiento de sus funciones contaba con los funcionarios y sus salarios procedían de los impuestos. Finalmente el Sumo Sacerdote era el encargado de difundir y hacer cumplir los preceptos morales decretados por el rey y castigar su transgresión, sus ayudantes eran los sacerdotes y sus emolumentos procedían de los diezmos, las primicias y las ofrendas.

El primer Rey del que tenemos constancia histórica es Sargón I de Acad. El cambio de residencia originado por las necesidades del comercio y la unión bajo un solo soberano de tribus con muy distintas costumbres obligaron a establecer unas normas de conducta severas. Una de las más antiguas codificaciones legales que conocemos es el Código de Hammurabi, datado en 1760 A.C. y, al igual que anteriores códigos de leyes, en él se afirma que ha sido redactado directamente por el dios Marduk quien se lo entrega a Hammurabi para que imponga su cumplimiento, situación que recuerda a Yhaweh entregando las tablas de los Diez Mandamientos a Moisés.

Nadie podía acercarse a la ciudadela donde residía la Corte sin un buen motivo y menos atravesar sus murallas pero, incluso así, solo los personajes de mayor rango se podían acercar a la residencia real y de ellos eran muy contados los que podían acceder a presencia del Rey en cuya presencia debían mantener la vista baja absteniéndose de mirarlo. En estas circunstancias, el rey era visto por el pueblo como alguien mítico, todopoderoso y lejano a quien nunca verían y de cuya existencia solo conocían por lo que de él le contaban los sacerdotes. Las posibilidades de ascenso social y económico venían dadas por el ingreso en el ejército o en el sacerdocio. No es sino hasta 1688 cuando se empieza a asumir que los reyes tienen a su vez obligaciones con sus súbditos y se produce en Londres la Revolución Gloriosa que, en definitiva, será el origen de la Constitución de los Estados Unidos y de la Revolución Francesa mediante las ideas de Rousseau y del Barón de Montesquieu y del actual sistema de gobierno participativo.

lunes, 18 de agosto de 2014

El alma

Espíritus y Religión

ESPÍRITUS Y RELIGION

El Alma



¿De qué constamos? De alma y cuerpo. ¿Cuál de ellos es mejor? Sin duda, el alma. ¿Qué alabamos en el cuerpo? No veo otra cosa que la hermosura. Y ¿qué es la hermosura del cuerpo? Proporción de partes, con cierta suavidad de color. ¿Dónde es mejor y auténtica esa forma de la hermosura, y dónde es falsa? ¿Quién duda de que es mejor allí donde es auténtica? ¿Y dónde es auténtica? Sin duda en el alma. Por consiguiente, hay que amar más al alma que al cuerpo.
(Cartas de San Agustín. Carta 3 Agustín a Nebridio).



Aunque el debate continúa abierto, los neurólogos tienden a considerar que lo que se llama "Alma" no es más que una función cerebral. Eduard Punset lo trata con detalle en su libro "El alma está en el cerebro". Sin embargo hasta ahora mismo se daba por supuesto que el ser humano está compuesto por cuerpo y alma.

Desde el principio de los tiempos el hombre ha sido consciente de ser diferente del resto de los seres vivos: su dominio del fuego, su destreza para la fabricación de herramientas, su capacidad artística para pintar y esculpir animales, su respeto a los muertos, etcétera, así se lo indicaban. Algunas de sus representaciones alcanzan una antigüedad superior a los 35.000 años. Nuestros ancestros trataron de explicar las causas de esta diferencia introduciendo el concepto del alma. Era ésta la que nos diferenciaba del resto de los animales y, al no poder explicarla de otra forma, establecieron que el alma es inmaterial e inmortal y es la conexión del hombre con Dios porque es la parte que compartimos con Él. De hecho cuando una persona fallece decimos que ha ido a reunirse con su Creador.

Aunque nos son más conocidas las ideas procedentes de la cultura greco-latina, influida a su vez por la judeo-cristina, la existencia del alma y su inmortalidad es algo presente en todas las religiones del mundo, como la maya, la del pueblo sioux, la hinduista (reflejada en el Bhagavad-Gita 2:12). Hubo diversos intentos de definir el concepto como, por ejemplo, los de Demócrito, que la habría definido como un elemento caliente o cierto tipo de fuego, Anaxágoras que la identifica con el intelecto, Alcmeón, que opina que es inmortal en virtud de su semejanza con los seres inmortales, o los más conocidos de Pitágoras y Platón, pero, finalmente, es Aristóteles quien en su obra "Acerca del alma" realiza su estudio desde una perspectiva naturalista. Su conclusión, que sigue vigente hasta nuestros días, es que "el ser animado es un conjunto de cuerpo y alma en la que las dos partes del ser se necesitan mutuamente. Mientras que el cuerpo es la materia, el alma es su esencia",

Otros autores, como Averroes, ,Santo Tomás de Aquino, o René Descartes, por poner solo unos pocos ejemplos, han debatido sobre la mortalidad y otras características del alma. Finalmente, el consenso general determina que el alma es inmaterial e inmortal y es la conexión del hombre con Dios porque es la parte que compartimos con El. Cuando la persona fenece es el cuerpo quien muere, el alma sigue uno de los dos caminos posibles: vuelve a la divinidad de donde procede o se queda en la tierra (bien sea en sucesivas reencarnaciones o bien sea considerada ésta como el infierno). De tal forma que aquellas personas que han seguido los mandamientos del Creador son reputadas como Santos actualmente y como dioses en otras épocas. Incluso hoy la religión sintoista ofrece culto a sus ancestros como divinidades.

Así el término "hijo de dios" es un título que concede a su portador la justificación para ocupar el lugar de su padre. En el Imperio Romano era común la costumbre de divinizar a sus fallecidos emperadores, tal y como nos los cuenta Suetonio en su obra "Los doce Césares".

La divinización de los gobernantes no era otra cosa que reconocer que en ellos había residido la "esencia divina", es decir que habían sido buenos para su pueblo. Y la costumbre de hacerlo así es ciertamente antigua ya que los faraones del Antiguo Egipto manifestaban que su poder procedía de ser de Ra, o de Ra-Amon en el Imperio Medio. De hecho, los textos escritos más antiguos que poseemos (las tablillas sumerias) ya nos hablan de la divinización del Sargón I de Acad.

En conclusión: la expresión "hijo de dios" no debe ser considerada como equivalente a "Hijo del Creador", sino como el título que justificaba a su portador para ocupar el puesto del dios al que se refiere y que aquél declara que es su padre natural o adoptivo.

domingo, 10 de agosto de 2014

ESPIRITUS Y RELIGION - Moisés

Espíritus y Religion

ESPÍRITUS Y RELIGION

Moisés



Profetizar es "hablar en nombre de alguien". Los profetas bíblicos (nabí) hablaban no solo del futuro sino de Dios y en nombre de Dios. Su misión principal es proclamar la palabra de Dios y los intereses del pueblo.

Sin lugar a dudas el principal profeta que ha existido es Moisés, al que Sigmund Freud identificó con el Faraón Akenatón. A Moisés se le atribuye la autoría del Pentateuco al que los judíos denominan "La Ley". Es una expresión apropiada dado que su principal mensaje es el de la existencia de un solo pueblo, un solo Dios, un solo ritual y una sola ley, la organización del pueblo judío y su historia desde la creación del mundo.

El siguiente en importancia es Elías, que obró prodigios en defensa de la Ley y del Dios de Moisés, del que revivió sus experiencias en el Monte Sinaí con su propia entrevista con Dios, y cuya existencia nos es conocida por el Libro Primero de Reyes. Tanto los cristianos, que por medio de el Evangelista Mateo (Mateo 17:3) equiparan a Jesucristo precisamente con Moisés y Elías, como los musulmanes, en El Corán (Sura 2:81 o 2:87, según la versión que se consulte).

El resto de los profetas hacen profecías de futuro cuyo cumplimiento es dudoso, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, cualquiera de los tres métodos de análisis que apliquemos. Algunas Iglesias, como los Adventistas del Séptimo Día, proponen una alternativa a la interpretación literal que vendría a coincidir con la evolución histórica y traería el Juicio Final a nuestros días.

La predicción del futuro en base a informaciones recibidas de seres espirituales requiere que dicho seres hayan sido capaces de viajar al futuro y volver para contar lo que vieron. Según nuestros conocimientos científicos tal cosa resulta imposible en la actualidad y es muy dudoso que se pueda realizar en un futuro más o menos cercano. Es cierto que, según los físicos, algún desarrollo de las teorías de Einstein podría conducir a tal eventualidad mediante los llamados agujeros de gusano y que la Teoría de supercuerdas o Teoría M parece predecir la existencia de Universos paralelos entre los cuales, quizás, se podría viajar al pasado o al futuro. Stephen Hawking en su Historia del Tiempo y Paul Davies en su obra “Sobre el Tiempo”, piensan que es posible.

No obstante, Moisés no realizó ninguna predicción a futuro que hubiera de ocurrir después de su muerte, salvo la ya conocida de que el pueblo israelí ocuparía la Tierra Prometida.

El Pentateuco es un conjunto de cinco libros que desarrolla la Constitución del pueblo judío. Génesis es el primero de ellos que tiene por objeto establecer la pertenencia de las doce tribus a un mismo pueblo para lo cual refleja la genealogía de las mismas desde la creación del mundo. Según se manifiesta, la genealogía hasta las doce tribus sería la siguiente: Adán - Set - Enós - Cainán - Malaleel - Jared - Henoc - Matusalén - Lamec - Noé - Sem - Arfaxad - Sale - Heber - Faleg - Sarug - Nacor - Tare - Abraham - Isaac - Jacob y los hijos de éste con cuatro mujeres distintas que darían nombre a las doce tribus: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Dan, Neftalí, Gad, Aser, José y Benjamín. Además se establece que Dios ha hecho un pacto con Jacob (al que renombra como Israel) por el cual sus descendientes se convertirán en su pueblo elegido y dominarán la tierra. Se ha objetado la historicidad de este libro pero tal debate carece de sentido dado que en él se trata solamente de establecer firmemente que el conjunto de semitas que abandonan Egipto bajo la guía de Moisés son un pueblo a pesar de las grandes diferencias culturales existentes entre las distintas tribus.

El segundo de los libros, Éxodo, se establece la pertenencia de Moisés a la tribu de Leví (la genealogía sería Leví - Caat - Amram, del que nacieron Aarón y Moisés) y los milagros que hubo de hacer para conseguir que el Faraón les diera permiso para salir de Egipto, lo que le permite erigirse en su líder, y las posteriores penalidades que pasaron mientras se integraban socialmente hasta constituir un solo pueblo: salieron de Egipto como doce tribus y cuarenta años después llegaron a Canaán como un solo pueblo.

El tercer libro, Levítico, detalla la organización del pueblo con el establecimiento de una dirección sacerdotal perteneciente a la tribu de Leví (como él mismo) a la que se le debe entregar por parte del pueblo de la décima parte de su producción (el diezmo) así como de los primeros productos recolectados (las primicias) y los rituales a observar tanto en la vida diaria como en la presentación de ofrendas a Dios, con el detalle de los alimentos puros e impuros. De esta forma hay una clase dominante (los levitas) y una clase dominada (el resto de tribus).

En Números establece el lugar que le corresponde a cada una de las doce tribus, nombra setenta ancianos para que dirijan al pueblo ("profeticen"), establece la obligación de casarse cada uno dentro de su propia tribu, el orden en las herencias y que los sacerdotes gozarán de todas las cosas que son consagradas y ofrecidas al Señor en razón de su ministerio sacerdotal. Así se establece un gobierno para la clase inferior (ya que no tiene poder sobre los sacerdotes, que continúan dirigiendo la sociedad).

En Deuteronomio (Segunda Ley) se insiste en la obligación de respetar los ritos y leyes que han sido impuestos, manda exterminar a los pueblos idólatras, repite la lista de alimentos puros e impuros, los Diez Mandamientos y la obligación de pagar el diezmo a los sacerdotes en cuanto representantes de Dios, establece las leyes de la guerra, la poligamia, la educación de los hijos y la justicia en las relaciones comerciales.

Es recomendable volver a leer el Antiguo Testamento desde esta perspectiva.

Moisés se muestra extraordinariamente modesto en sus libros pese a la gran obra que consiguió realizar en vida:
-Reunió a casi un millón de personas (Éxodo 12:37-38) pertenecientes a diversas tribus, probablemente con escasa relación mutua anterior.
-Instauró una nueva religión otorgando el grado de sacerdotes a los miembros de su familia, y
-Con esos ingredientes, y en un plazo de cuarenta años, consiguió crear un sentimiento nacional que sería el responsable de que en 1947 se repitiera la hazaña de crear un Estado de Israel en tierras de Jerusalén. (en esta ocasión sin el liderazgo de un Sumo Sacerdote o un Rey).

No tiene reparos en reconocer en Génesis 14:18-20 que el culto a Dios era lo suficientemente antiguo y ajeno a su genealogía como que Abraham había entregado los diezmos al sacerdote Melquisedec en reconocimiento de su superioridad, por lo que Moisés en realidad está dando un golpe de Estado a las jerarquías sacerdotales existentes en aquel momento. También reconoce que, muchos cientos de años antes, un bisnieto de Noé llamado Nimrod (en la Historia se le conoce como Sargón I El Acadio) consiguió crear un imperio asimilando distintos pueblos como los reinos de Babilonia, Acad, y otros. En realidad tampoco fue el primer gran legislador ya que Hammurabi había publicado su código legal quinientos años antes que él, pero su obra y sus mandamientos fueron realmente “escritos en piedra” ya que siguen siendo respetados por todos los pueblos en la actualidad y el sistema teocrático de gobierno por él establecido ha permanecido vigente hasta la Revolución Francesa (1789).

Podemos apreciar mejor las dificultades que tuvo que afrontar Moisés para llevar a cabo su proeza si estudiamos las referencias al trabajo de Morgan realizadas por Friedrich Engels en su obra El origen de la familia, la propiedad privada y el estado .

sábado, 2 de agosto de 2014

El fin de los tiempos

Espíritus y Religión

ESPÍRITUS Y RELIGIÓN

El Fin de los Tiempos



Los ciudadanos del mundo se encuentran preocupados por los sucesos que vienen ocurriendo en Oriente Medio, ya que a la guerra civil en Ucrania con el apoyo de Rusia a los insurgentes o la que tiene lugar en Siria donde es Estados Unidos quien les apoya, se les une la tensión entre Israel e Irán por el desarrollo de la energía atómica por parte de ésta y que Israel atribuye al intento de fabricar bombas atómicas que serían una amenaza para su existencia. Temen el enfrentamiento directo entre las dos grandes superpotencias y el estallido de una guerra nuclear que ocasionaría el fin de la vida en el planeta.

Aunque la generación más joven no ha conocido los temores desatados durante la Guerra Fría por la estrategia de "Mutua Destrucción Asegurada" que seguían la Unión Soviética y los Estados Unidos, sí han recibido una cierta influencia por algunas películas taquilleras como Armageddon o Deep Impact (ambas de 1998) o 2012 (del año 2009). También han sido ampliamente divulgadas las teorías milenaristas (basadas en Apocalipsis 20:4-5) que anunciaban una gran catástrofe para el año 2000, las Profecías de San Malaquías que dan una lista de 112 Papas hasta el fin del mundo (el actual Papa Francisco haría el número 112) o las de Nostradamus que lo vincula a la elección de un Papa Negro (que sería el Papa Francisco en virtud de su pertenencia a la Orden de los Jesuitas).

La difusión mundial de las ideas de los Testigos de Jehová en las que, supuestamente, se incluye el Armagedon en vida de la generación de 1914, también ha dejado su impronta en la psique humana.

El Fin del Mundo se nos presenta como una idea turbadora que llega a provocar sucesos como los del reciclaje de la Puerta del Cielo, y es oportunamente agitada por los gobiernos de forma periódica para distraer nuestra atención de otras situaciones, presentándola como un probable "invierno nuclear", una "catástrofe ecológica" o como "cambio climático". Al final todo se reduce a un incremento de los impuestos que se aplican a los ciudadanos y, pasado cierto tiempo, se olvidan los mensajes catastrofistas, para ser nuevamente repetidos posteriormente.

Aunque puede llegar a sorprendernos que periódicamente se repitan estas historias en realidad deberíamos estar bien acostumbrados ya que su práctica se inició hace tres mil años y, probablemente, con el mismo objetivo. Ciertamente ha cambiado la forma de comunicar el mensaje (ahora lo propagan las O.N.G.'s y se refiere a la extinción de la raza humana y antes lo hacían las religiones y se refería a la venida del Mesías, momento en el que los judíos dominarían a todos los pueblos de la tierra, en virtud de la maldición de Noé sobre su nieto Canaán y del pacto establecido por Dios con Abraham, del cual surgiría el "pueblo escogido" (versión judía) o se produciría el Juicio Final (versión cristiana). No obstante el objetivo final de amedrentar a la población sigue siendo el mismo.

Encontramos referencias a este tema en mitologías tan variadas como la de los pueblos nórdicos, los aztecas, o los musulmanes. No obstante, dado que nuestra cultura proviene de la judeo-cristiana, nos centraremos en estas religiones para estudiar el tema. Antes, solo recordar que algunas religiones, como la griega o la romana, no preveian el Fin del Mundo.

En el Antiguo Testamento (Religión judía) las referencias se remontan a los primeros Libros, ya que se cree que el Génesis fue redactado inicialmente en torno al año 1000 A.C. aunque no adquirió su redacción actual hasta el 500 A.C.. En Génesis 2:17, leemos lo que se interpreta como el fin de la inmortalidad para los hombres: habrían cambiado la inmortalidad por el uso de razón. En cambio no faltan aquellos que ponen en relación ese versículo con Génesis 2:9 y con Génesis 3:3, entendiendo, de esta forma, que el fin del hombre (su muerte) habría de producirse cuando éste coma del árbol de la vida. Para estas personas las noticias sobre la creación en laboratorio de vida artificial debe suponer una verdadera angustia.

Más o menos por las mismas fechas (en torno a 930 A.C.) el Libro del Eclesiastés 9:12 nos da un aviso que parece claro sobre "el tiempo malo".

En torno al año 800 A.C. el profeta Joel dejó escrita la Palabra de Dios que le fue revelada. En su profecía podemos leer Joel 1:15, Joel 2:1, Joel 2:11, Joel 2:31 y Joel 3:14. No hay ninguna duda en relación al contenido literal de sus palabras: el fin del mundo es inminente.

En torno a 750 A.C. el profeta Isaias tuvo una visión profética que nos dejó escrita. Así en Isaias 8:22, en Isaias 9:19, en Isaias 13:6, en Isaias 13:9, en Isaias 31:8, en Isaias 34:5-6 y en Isaias 40:3 nos avisa claramente de la inminencia del fin del mundo.

Ya se llevaban más de 300 años anunciando el fin del mundo y éste no acababa de llegar cuando el Profeta Nahum tiene en torno al año 600 A.C. una visión de la que da cuenta en Nahum 1:8. Por las mismas fechas, otro Profeta insistía en el mensaje: Sofonías 1:7 y Sofonías 1:14 Ciertamente Nahum y Sofonías eran dos de los llamados Profetas Menores (no porque tuvieran menos autoridad sino por la extensión de sus escritos) y, quizás por eso, pocos años después (en torno al 575 A.C.) aparece uno de los Profetas Mayores para insistir sobre el tema: se trata de Ezequiel y podemos afirmar con rotundidad que sus profecías son claramente explícitas. Así lo vemos en Ezequiel 7:7, Ezequiel 7:12, Ezequiel 7:16, Ezequiel 12:23, Ezequiel 13:5, Ezequiel 21:28, Ezequiel 30:3 y Ezequiel 39:17. Zacarías, en torno al año 520 A.C. insiste sobre este tema: Zacarías 14:1

La tradición cristiana tambien es prolífica en este mensaje que relaciona con la Parusía o Segunda Venida de Cristo a la tierra. Una de las primeras referencias (datada en el año 52 de la era cristiana) es la primera carta de San Pablo a los Tesalonicenses 1 Tesalonicenses 5:2, 1 Tesalonicenses 5:4. En el Evangelio de San Mateo (datado en el año 80), Mateo 24:42 y en el de San Lucas, Lucas 12:40 son otros dos buenos ejemplos. Pero es en el Apocalipsis: 17 y 18 donde se detalla cómo ha de ocurrir tal desastre en particular en Apocalipsis 18:8

Es verdad que hay quienes opinan que la Parusía ya se ha producido por la Resurrección de Cristo. Es el caso de la Iglesia Internacional Reformista, pero la mayoría de los cristianos siguen esperándola.

Y ¿por qué habrían de cambiar de táctica cuando tan buenos resultados les proporciona?. Tanto las diversas organizaciones religiosas como las Organizaciones caritativas hacen grandes negocios con éste y otros temas similares. Es cierto que mucha (muchísima gente) se toma muy en serio las profecías y pasan su vida en constante preocupación por tener "hecho el equipaje", religiosamente hablando, para poder emprender el último viaje en cualquier momento. La religión ofrece un importante consuelo para aquellos que han sido bendecidos por la Fe, pero tambien es cierto que hay otros que se aprovechan de la misma para fines más mundanos y crematísticos. Podríamos poner innumerables ejemplos pero hay uno muy reciente que es significativo

Las citas bíblicas han sido extraidas de la traducción de la Biblia realizada por el P. Jose Miguel Petisco y he procurado enlazarlas a la web de Biblias Paralelas para poderlas comparar con otras versiones. Se puede obtener un ejemplar de la "Biblia de Jerusalen" utilizada por la Iglesia Católica en este enlace

lunes, 2 de junio de 2014

Defensa Nacional


XIX. LA DEFENSA NACIONAL

 

El Estado tiene como primera obligación garantizar la paz y la seguridad de sus ciudadanos y que éstos conservarán su riqueza personal. Para su desarrollo se basa en los recursos naturales propios de su territorio y aquellos otros a los que puede acceder mediante el comercio.

Será, por tanto, objeto de primordial interés para el gobierno del Estado tener prevista la actuación en caso de que la disponibilidad de los recursos estratégicos resulte amenazada. Para protegerlos resulta preciso el establecimiento de acuerdos y alianzas con otros Estados, a tenor de los cuales cada Estado se comprometa a respetar los derechos de los demás. Pero esto no es suficiente ya que las circunstancias socioeconómicas de otros países pueden cambiar, a veces de forma brusca, y puede ser deseable para ellos apropiarse de los recursos ajenos. En previsión de este tipo de situaciones el Estado debe tener un núcleo de personas que les puedan hacer frente, si es preciso por la violencia. A este acto violento se le denomina guerra.

Puesto que la guerra es de vital importancia para el Estado, es necesaria una permanente reflexión sobre lo que acontece en torno a aquello que nos es más querido y tener prevista una respuesta acorde con la amenaza detectada. También es de vital importancia estar en condiciones de engañar y manipular al potencial enemigo.

Sun Tzu consideraba, en torno al año 400 A.C.,  más conveniente conservar a un enemigo intacto que destruirlo, dando a entender que es preferible triunfar merced al uso de la inteligencia, que logra desanimar al enemigo, que por el uso de la fuerza. No obstante, como ésto no se puede predecir, se hace necesario tener un ejército adiestrado que pueda actuar llegado el caso. Además de una correcta planificación y coordinación debe disponer de una completa información tanto sobre el previsto campo de batalla como de su contrincante, lo que hace necesario un equipo capaz de aportar la misma.

Otra necesidad evidente es la de garantizar el aprovisionamiento del propio ejército en caso de guerra, tanto en material de guerra (cañones, fusiles o munición, por poner solo tres ejemplos) como en medios de transporte, comida y vestuario.

Los principios estratégicos así planteados nos presentan unas necesidades a nivel de Estado para permitirle superar con éxito una situación de las características apuntadas:

  1. La existencia de armonía entre los dirigentes y el pueblo,
  2. Una correcta asignación de autoridad y justa distribución de los cargos,
  3. Planificación anticipada de las actuaciones a llevar a cabo en caso de guerra,
  4. Considerar la posibilidad de engañar al oponente para lograr nuestros objetivos sin necesidad de combatir,
  5. Crear y formar un ejército que será el encargado de combatir llegado el caso. Deberá ser capaz de planear estrategias victoriosas y su comandante explicará con claridad el alcance de sus órdenes para que sean entendidas por todos.
  6. Establecer un servicio de espionaje para conocer con antelación los planes del potencial enemigo.
  7. El ejército debe realizar permanentes maniobras que le permitan alcanzar la cohesión debida, potenciar su moral y conocer el terreno en el que deberá desarrollar su actividad. Además debe estar dotado con el equipo adecuado para desempeñar su labor.

Obviamente, la primera opción que se nos ocurre es la de construir un muro que nos garantice una seguridad contra los intentos de ocupar nuestro territorio por parte de otro país. Sería el mismo principio que originó la construcción de los castillos. Anteriormente se aplicó a la Gran Muralla china para impedir la invasión de los mongoles y al Muro de Adriano en Gran Bretaña para impedir la invasión de los pictos. En la Segunda Guerra Mundial se aplicó para construir la Línea Maginot  en Francia para impedir la invasión por parte de Alemania. Todas estas iniciativas fracasaron porque ninguna construcción defensiva es capaz de impedir una invasión eternamente.

En 1832 Karl von Clausewitz publicó una obra titulada “De la Guerra” que ha sido la base de todas las estrategias militares vigentes hasta nuestros días. En ella hace un amplio análisis de las diferentes tácticas a utilizar en cada una de las situaciones imaginables en una guerra. A los efectos que estamos analizando, baste decir que su definición de la guerra es la siguiente:

“La guerra no es más que un duelo en una escala más amplia. Podríamos representarla como dos luchadores, cada uno de los cuales trata de imponer al otro su voluntad por medio de la fuerza física”.

“Todas las guerras tienen que ser consideradas como actos políticos”.

Y enuncia dos principios que se han mantenido firmes a pesar del tiempo transcurrido y los avances tecnológicos:

“… En este sentido convenimos en que la superioridad numérica es el factor más importante a la hora de determinar el resultado del encuentro; pero debe ser suficientemente grande como para contrapesar todas las demás circunstancias”. “La fuerza en el punto decisivo depende de la fuerza absoluta del ejército y de la habilidad con que ésta se emplea”.

“La defensa absoluta contradice por completo el concepto sobre la guerra, pues entonces solo un bando llevaría a cabo la lucha, por lo que en la guerra la defensa solo puede ser relativa (…) pero, puesto que estamos obligados a devolver los golpes del enemigo si hemos de librar realmente la guerra en nuestro lado, esta acción ofensiva en la guerra defensiva hay que definirla, pues, en cierto sentido, con el título de defensa, es decir, que a la ofensiva, de la que hacemos uso, se adscribe al concepto de posición o teatro de la guerra”.

En base a estos conceptos comúnmente aceptados, los países han adoptado como política de defensa  lo siguiente:

  1. Crear ejércitos muy numerosos que les permitan mantener una superioridad en cualquier posible situación militar, y
  2. Organizarlos y dotarlos para que sean capaces de llevar la ofensiva en el lugar que su comandante decida en cada momento.

Un ejemplo de la eficacia de esta línea de pensamiento lo tenemos en la guerra del Yom Kipur. El 6 de Octubre de 1973, los ejércitos de Siria y Egipto invadieron Israel, los primeros desde los Altos del Golán y los segundos a través del Canal de Suez. La guerra duró tres semanas y concluyó con el alto el fuego firmado entre Israel y Egipto el 27 de Octubre. Para esa fecha, el ejército israelí había llegado a 100 kilómetros de Damasco y a 80 kilómetros de El Cairo. De paso había embolsado al Tercer Ejército egipcio. La estrategia seguida para lograrlo se basaba exactamente en los conceptos de Clausewitz y parecía repetir paso a paso la llevada a cabo por Publio Cornelio Escipión “el Africano” en su guerra con Aníbal: combinar la defensa en el propio territorio con la invasión del territorio del país enemigo. El 15 de Octubre, tres brigadas acorazadas israelís invadieron Egipto por el Canal de Suez, llevando la guerra a la retaguardia egipcia mientras que su propio ejército se defendía en Israel contra los invasores. Esto decidió rápidamente el resultado de la guerra.

Una importante ampliación a la obra de Clausewitz es el libro “Guerra sin restricciones” publicado en 1999 por los coroneles del ejército chino Qiao Liang y Wang Xiangsui donde tratan la llamada “guerra asimétrica” y en la que postulan la utilización de cualquier clase de lucha —sin tener en cuenta ninguna objeción ética— ante una potencia abrumadoramente superior en fuerza, tecnología o influencia diplomática, recogiendo, de alguna manera, las experiencias de los conflictos mundiales desde la Guerra de Vietnam: Argelia o Afganistán son dos ejemplos.

Una vez explicados muy por alto los principios estratégicos que condicionan la defensa de un Estado, podemos definir cómo se debe implementar la misma:

  1. El Comandante del Ejército tiene bajo su control los medios del Estado para el uso de la fuerza. Es lógico que, en virtud de la doctrina descrita, desee aumentar hasta donde pueda el número de sus efectivos, las armas con las que se les dota y la preparación a la que se les somete, pero es una situación peligrosa para la estabilidad del propio Estado ya que no deja de ser la persona que puede utilizar la fuerza. El poder del Ejército debe ajustarse, en primer lugar, al tipo de operaciones que tendría que afrontar eventualmente.
  2. La defensa pasiva del territorio puede, y debe, encomendarse a fortificaciones militares defendidas por una milicia, como expresión del concepto “el pueblo en armas”, formada por reservistas suficientemente preparados y obligados a servir un determinado periodo cada año.
  3. Las áreas objeto de esta defensa pasiva deben ser:

  • La capital del Estado,
  • Sus zonas industriales,
  • Sus vías de comunicación con sus mercados habituales,
  • La zona que se designe como defensa final ante una eventual derrota.

  1. El Ejército debe estar integrado por un pequeño número de profesionales y debe contar con los más adecuados medios de combate y transporte así como el armamento más eficaz para el cumplimiento de su misión.
  2. El Ejército debe estar preparado para desplazarse a otros países en los que puede verse obligado a intervenir en defensa de los propios intereses de su país o de otro país aliado.

Deben dejarse de lado, pues, los gastos superfluos en armamento ofensivo cuya utilización sea, cuando menos, dudosa: grandes portaaviones o poderosos submarinos son suficientes ejemplos.

Por principio, parece que aún no aceptado por los responsables de la Defensa Nacional española, debemos tener presente que SIEMPRE es necesaria la Infantería para ocupar el territorio afectado por una guerra. Los norteamericanos pueden dar fe de ello tras su conquista de Iraq y de Afganistán. La Aviación o la Marina de Guerra solo actúan en su apoyo. Invertir muchos más recursos en los medios secundarios que en el principal carece, sencillamente, de sentido. Y, lamentablemente, se constata la carencia de unos vehículos de transporte con un blindaje suficiente, de unas aeronaves propias para el transporte de personal dependiendo de vehículos extranjeros como en el fatídico caso del Yak-42, mientras se botaba el portaaeronaves “Príncipe de Asturias” , que hubo que dar de baja porque el Ejército no podía asumir el mantenimiento del mismo o se construye un nuevo submarino llamado S-81 'Isaac Peral' que en sus primeras pruebas se hunde por exceso de peso.

lunes, 26 de mayo de 2014

El dinero


XVIII. EL DINERO

 

 

Dinero es todo medio de intercambio común y generalmente aceptado por una sociedad que es usado para el pago de bienes y servicios.

Se han utilizado como dinero diversos artículos que hoy se nos antojarían como raros o exóticos: el tabaco, las conchas, las cabezas de ganado, etcétera, aunque para todos los efectos prácticos el dinero fue, la mayoría de las veces, un metal más o menos precioso. Se prefería el uso del oro, la plata y el cobre por ser los minerales más escasos en la naturaleza, lo que les garantizaba mantener su valor. También por ese mismo motivo, en algunas épocas se utilizó el hierro.

El sistema utilizado era sencillo y eficaz: el metal se fundía en piezas de un peso preestablecido, y estas piezas eran utilizadas para cambiarlas por los artículos o servicios deseados. Sin embargo, este sistema tenía una debilidad: los propios metalúrgicos podían reducir la cantidad de metal y sustituir esta merma con metales de calidad inferior. Así no era extraño que lo que debiera ser una moneda de oro fuera, en realidad, una moneda de oro y cobre. Como garantía del peso y pureza de las monedas los soberanos empezaron a poner sobre ellas un cuño, lo que se supone daría más confianza a los ciudadanos en el valor de dicha moneda. De paso, el rey se embolsaba una parte del metal en concepto de gastos de acuñación.

La acuñación de monedas era sumamente práctica pero era también una invitación a grandes fraudes públicos. Los gobernantes comprendían que podían reducir la cantidad de metal en sus monedas, tal y como lo habían hecho anteriormente los comerciantes. Así podían comprar más artículos con la misma cantidad de oro y plata. Un buen ejemplo es el sistema monetario de Roma, donde el continuo envilecimiento de la moneda llevó a que, en tiempos de Aureliano, la moneda básica de plata tenía aproximadamente un 95% de cobre.

El valor de cambio entre el oro y la plata se mantenía estable en torno a 12 unidades de plata equivalentes a una unidad de oro. Hubo situaciones inesperadas que modificaron este patrón de cambio, como la explotación por parte de España de las minas de plata de Potosí, aunque fueron esporádicas. A finales del siglo XIX la razón del cambio estaba en 15,50 unidades de plata por cada unidad de oro.

Jean Bodin escribió en 1576 una obra titulada “Los seis libros de la República” (obsérvese que el vocablo República no tiene nada que ver con su moderna acepción ya que aún faltaban doscientos años para la Revolución Francesa, a raíz de la cual se fundaría la República Francesa). Esta obra es el primer tratado sobre la estructura de un Estado moderno, pese a que él mismo reconoce que se basa en ideas ya expresadas anteriormente por otros pensadores. En su libro sexto y capítulo III analiza en detalle el tema de la moneda, y reconoce que corresponde al gobernante el derecho de acuñación de la misma. Lo siguientes párrafos pertenecen a esa obra:

“La ley y el peso de la moneda debe ser regulado adecuadamente, para que ni príncipes ni súbditos la falsifique a su antojo”.

“La razón de ser de todos los falsificadores, cercenadores y alteradores de moneda, radica en la mezcla de metales”.

En algún momento del siglo XVII se introdujo el papel moneda que tiene su origen en los resguardos de haber depositado algún producto, del tipo de oro o plata, aunque en España se popularizó el resguardo de los vellones de lana merina depositada en los almacenes reales y se llamaban Reales de vellón. Viene a ser un equivalente a las actuales papeletas de los Montes de Piedad relativos a las joyas empeñadas. La gente empezó a aceptar como dinero dichos resguardos para sus transacciones comerciales.

Los billetes emitidos tendrían, en este caso, exactamente el mismo valor que el depósito que reflejan ya que con ellos en la mano se podría dirigir cualquier ciudadano al banco emisor y exigir la entrega de los bienes depositados, sean éstos oro, plata, tabaco o fardos de lana. El banco no tiene, legalmente, capacidad para comerciar con el depósito original y tiene, además, la obligación de garantizar el valor de sus billetes en defensa de aquellos clientes que los adquieran a crédito, ya que si el banco tuviera potestad para modificar el valor de los billetes, emitiendo, por ejemplo, billetes por un valor superior a las mercancías depositadas, el cliente se vería obligado a devolver una mayor cantidad de billetes para que su valor se iguale al del depósito inicial. El banco, además, estaría obligado a informar previamente de la composición de la cesta de bienes respecto a la cual pretende mantener constante el valor de sus billetes.

En 1944, los acuerdos de Bretton Woods modifican todas estas consideraciones y establecen que solamente el dólar norteamericano será convertible en oro. El resto de las monedas tendrán que cambiarse previamente a dólares. De esta forma las monedas, que tenían un valor previamente establecido por su conversión en oro (decían los billetes: “El Banco de España pagará al portador la cantidad de… pesetas”), pasan a convertirse en dinero fiduciario, es decir que no se respalda por metales preciosos ni nada que no sea una promesa de pago por parte de la entidad emisora  y su valor se establece meramente por la confianza en dicha entidad. En 1971 el presidente norteamericano Richard Nixon terminó con la convertibilidad del dólar en oro. A partir de esa fecha el dinero emitido por los distintos países carece por completo de un respaldo material efectivo. En cualquier momento un Estado puede observar que su moneda deja literalmente de tener valor y no le sirve para ninguna transacción ya que se ha perdido la confianza en la misma.

El 15 de diciembre de 1995, un grupo de países pertenecientes a la entonces llamada Comunidad Económica Europea decidieron en Madrid la creación de una moneda única, lo que originó la llamada Zona Euro, ya que el euro fue el nombre de la nueva divisa.

En el año 2000, fecha de su inicio, un dólar americano se cambiaba por  0,9239 euros, y al año siguiente por 0,8956 euros. A partir de aquí el valor del euro se incrementa hasta que actualmente se cambia un euro por 1,36 dólares. Dado que el valor de una moneda depende de dos cosas que son la confianza en su emisor y la confianza en el emisor de la moneda con la que la comparamos, parece que el Banco Central Europeo ofrece más confianza que la Reserva Federal Americana, pero no es así.

Del mismo modo que los gobernantes romanos garantizaban que su moneda era de plata siendo la verdad que era de cobre, los actuales gobernantes hacen lo mismo valiéndose de otros sistemas. A esto se le llama inflación: con la misma cantidad de riqueza se pueden comprar más bienes y servicios porque se puede fabricar más dinero mientras que la suma total del valor del dinero emitido sigue siendo la misma.

Estados Unidos fue el origen de la crisis de 2007 y fueron los primeros en sufrir sus consecuencias. Además se encontraban en medio de una guerra comercial por China a quien había solicitado que revaluara su propia moneda, el Yuan. En uso de su poder mundial y como medida muy eficaz, la Reserva Federal  decidió emitir dólares sin limitación alguna. A consecuencia de esta abundancia de dólares, y por los motivos anteriormente explicados, el valor del dólar disminuyó sensiblemente en relación al euro. No así respecto al Yuan por diversos motivos que no vienen al caso.

La conclusión fue que las mercancías producidas en la zona euro se encarecieron sensiblemente para los norteamericanos y dejaron de ser deseables, mientras que en Europa los productos norteamericanos bajaron de precio y volvieron a ser demandados. Los trabajadores americanos volvieron a tener trabajo y las empresas de los países exportadores europeos incrementaron notablemente sus beneficios, mientras que los países más atrasados en su desarrollo industrial, especialmente los del sur de Europa, entraron en declive y no han sido capaces de remontar la crisis.

Una reflexión falsa nos llevaría a pensar que esta situación es positiva para España dado que es netamente importadora de productos energéticos como el gas y el petróleo y el bajo precio del dólar, moneda en que se pagan estos productos, nos rebaja la factura de forma muy sensible.

La reflexión es falsa y se puede demostrar fácilmente:

  • El principal problema de la economía española es el déficit comercial. Desde 1974, España necesita comprar en el exterior más de lo que es capaz de vender. Solamente con el turismo es capaz de mantener el déficit en tasas no excesivamente escandalosas.
  • El déficit en la balanza comercial hay que pagarlo de tres maneras:

  1. Con cargo a las reservas del Banco de España.
  2. Entregando a los extranjeros el control de las empresas nacionalizadas.
  3. Endeudándose.

  • Dado que esta situación no se puede prolongar eternamente y ya llevamos así cuarenta años, es preciso equilibrar el precio de nuestros productos en euros con el precio de los productos similares existentes en el mercado en dólares.
  • No podemos modificar el valor de nuestra moneda, ya que hemos delegado esta capacidad en el Banco Central Europeo que no opina que, a escala de Zona Euro, sea positivo proceder a una devaluación.
  • Tampoco podemos modificar los tipos de interés para modificar las condiciones de la economía nacional por los mismos motivos. Es una competencia que hemos cedido al Banco Central Europeo cuya finalidad es controlar la inflación y no la mejora de la situación económica.
  • No podemos bajar impuestos, que bajarían el precio final de los productos, ya que a consecuencia del déficit comercial también contamos con un déficit presupuestario que excede notablemente al autorizado por el Tratado de Lisboa.
  • No podemos continuar endeudándonos porque nuestro endeudamiento en relación con el Producto Interior Bruto también supera ampliamente al autorizado por dicho Tratado.
  • Las empresas públicas que sería posible colocar en el mercado para su venta no suponen un peso económico suficiente para mejorar la situación.
  • En conclusión, solo hay una cosa que se pueda hacer: bajar los salarios. Y como los trabajadores son reacios a dejarse bajar el salario debemos obligarles. Empezaremos por recortar el acceso al crédito, así las empresas no pueden financiar sus propuestas industriales e, incluso, se ven obligadas a cerrar. No solo no se crean puestos de trabajo sino que se destruyen. Cuando el nivel de desempleo alcance determinados niveles, ya lo estamos viendo, los trabajadores estarán dispuestos a contratarse por cualquier cantidad. Llevamos varios años en que los salarios bajan en relación al año anterior. Se supone que de esta forma se llegará a establecer un nivel de precios para nuestros productos que los harán competitivos.
  • Pero la parte de la sociedad que no está afectada por la depresión, como pueden ser los funcionarios o los pensionistas, aprovechan estas circunstancias para consumir más productos cuyo precio inicial está basado en el dólar. Y el déficit comercial continúa, aunque se haya moderado circunstancialmente.

El cambio de la moneda, que es el valor del dinero, afecta fundamentalmente al nivel de vida de una Nación. Y si es artificialmente alto, como el caso actual del euro para España, contribuye significativamente a mantener el déficit comercial que origina los mayores problemas económicos de nuestro país:

  1. Falta de actividad industrial.
  2. Desempleo.
  3. Escasez de demanda.
  4. Impuestos excesivos.
  5. Injusta distribución de la riqueza.

 

El dinero es, junto al derecho y la moral, el principal paradigma de la sociedad moderna y, al igual que aquellos, es objeto de una manipulación abusiva por parte de los poderes estatales.